miércoles, 14 de octubre de 2015

El Dia De Muertos

¿Qué Es El Día De Muertos?

El Día de Muertos es una celebración mexicana que honra a los ancestros durante el 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos. Aunque se ve primariamente como una festividad mexicana, también se celebra en muchas comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población México-americana, y en una menor medida también se celebra en algunas partes de Latinoamérica.

A pesar de ser un tema morboso, esta festividad se celebra alegremente, y aunque ocurre en fechas cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de todas las Almas, en lugar de sentirse temerosos de espíritus malévolos, el humor en el día de los muertos es mucho más relajado, similar al Halloween, con un mayor énfasis en la celebración, pero honrando las vidas de los difuntos.

Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México, pueden ser trazados hasta la época de los indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.

 El festival que se convirtió en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca, cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la "Dama de la muerte" (actualmente corresponde con "la Catrina"). 

Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos
Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las practicas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los Santos es un día después de Halloween, donde este último fue también un ritual pagano de Samhain, el día céltico del banquete de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de Halloween con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el Día de Muertos.

Cercana a esta celebración se encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos Los Santos, fiesta religiosa que se celebra en muchos países de tradición cristiana. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después del Pentecostés. En ella se veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario eclesial. Por tradición es un día feriado no laborable.

Existen versiones que señalan que esta fecha fue establecida como una respuesta ante la celebración pagana del 31 de octubre. Pero estas versiones no resultan muy sólidas por cuanto la celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una festividad proveniente de los Estados Unidos de América. En España, dentro de la tradición católica se realiza una visita donde yacen los seres queridos. En Cataluña se celebra la denominada castanyada en la que se comen boniatos, castañas y panellets. En México se hacen ofrendas para agasajar a los fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan el día 2 por la noche, pudiéndose consumir en ese momento.


Origen Del Día De Muertos

El Día de Muertos se celebra en México desde mucho antes de la conquista española, de hecho, tiene más de 3 mil años de antigüedad.

Los antiguos habitantes del México precolombino en Mesoamerica: aztecas, mayas, purépechas, nahuas y totonacas, tenían entre sus rituales dos fiestas: la pequeña y la grande, que durante la época de la Colonia se fusionaron con la cultura y la religión católica. Los antecedentes más remotos de estas ceremonias se remontan aproximadamente al año 1800 a .C. como lo indica una máscara de barro procedente de Tlatilco, Estado de México.

En el México prehispánico, tras las guerras entre pueblos, era una tradición conservar los cráneos de los enemigos como trofeos para mostrarlos en rituales que se relacionaban con la muerte y el renacimiento.
Estas celebraciones eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl , conocida como la ‘Dama de la muerte', y esposa de Mictlantecuhtli, Señor del Mictlán o ‘tierra de los muertos’.

La fiesta pequeña, iniciaba 20 días antes que la fiesta grande, la primera era dedicada a los niños y la segunda a los adultos, como ahora, que se acostumbra que el 1º de noviembre sea dedicado a los niños difuntos y el 2 a los adultos. El inicio de la celebración de los muertos adultos o fiesta grande se hizo coincidir con la festividad católica de los fieles difuntos.

El día de todos los santos quedaba incluido dentro de los 20 días anteriores a la fiesta grande donde se encontraban las fiestas de los muertos pequeños. Esta tradición se adaptó y logró mantenerse viva bajo el yugo español, a pesar de la evangelización. Aprovechando el interés que los españoles tenían en manipular las fiestas de los indígenas para convertirlos al catolicismo, los mexicanos se adecuaron y así lograron que las festividades de muertos no fueran tomadas como paganas.

Los días de muertos se han convertido en una verdadera festividad nacional. El dolor, la tristeza y el llanto por el ser querido que partió al mundo de los muertos, se entremezclan con el colorido, la fiesta, la alegría que caracteriza al mexicano, que sabe reírse de su propia tragedia para aligerar su pesar.

La diferencia esencial entre las ofrendas prehispánicas y las actuales consiste principalmente en que aquellas eran ofrecidas a los dioses y las actuales, ya con la influencia católica, las familias mexicanas honran la memoria de sus muertos mediante ofrendas, altares que se componen de elementos como agua, veladoras, imágenes de santos, fotografías del difunto y su comida preferida.

Se cree que durante esos dos días los muertos regresan a casa y degustan los alimentos colocados en la ofrenda. Como una manera de guiar su camino, el altar se acompaña de flores de cempasúchil.

Para complementar esta tradición, las personas comparten calaveras de azúcar o chocolate y escriben las llamadas calaveritas, que consisten en epitafios humorísticos dedicados a algún amigo, familiar o personaje público.

Celebrar el Día de Muertos es una tradición 100% mexicana, su magia, rituales y tradiciones son tan particulares que la UNESCO lo ha declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Y nada tiene que ver con el Halloween estadounidense, que es de origen Celta.

Altar De Muertos

 es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de muertos, que consiste en instalar altares domésticos en honor de los muertos de la familia. El altar de muertos es una construcción simbólica de las creencias mesoamericanas sincréticas, que consiste en colocar plataformas en donde se depositan ofrendas florales y alimentos para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes ilustres.

El altar de muertos contemporáneo deriva de una serie de creencias, y es el resultado una combinación de las ideologías prehispánicas, la cosmovisión endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas europeas de carácter abrahámico traídas por los conquistadores y misioneros españoles encomendados a la colonización y conversión de los pueblos nativos del actual territorio mexicano.

Niveles De Altar

Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona a la que se le dedica el altar.

·         Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra representando los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.

·         Altares de tres niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la tradición católica.

·         Altares de siete niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el Alma para poder llegar al descanso o paz espiritual. Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales. Se asocia el número siete con el número de destinos que, según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.

En diferentes culturas, particularmente en la azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que mueren de causas naturales), cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl, llegando al descanso eterno. El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.

Papel Picado

Los aztecas utilizaban papel amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles, para representar el viento en los altares; posteriormente tras el mestizaje esta fibra fue reemplazada con el papel actual. 

En aquellos papeles amate se pintaban diferentes deidades y se hacían atuendos, debido a su versatilidad podía ser teñido de diferentes colores disponibles para la época; como ejemplo notable se encuentran los códices y geroglificos que relataban eventos trascendentes dentro de diferentes culturas mesoamericanas. Con la influencia española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.

El color amarillo y el color morado en el papel picado o las cadenas de papel representan la dualidad entre la vida y la muerte. El papel picado comercial regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas de José Guadalupe Posada, aunque también se utiliza con otro tipo de motivos y diseños para otras fiestas de la cultura popular mexicana como la celebración del inicio de la batalla de independencia de México.


Representación Del Fuego

Como representación del elemento fuego suelen añadirse velas, veladoras y cirios, por su fácil manejo y su relación con los símbolos religiosos. En su versión menos frecuente pueden añadirse antorchas y fogatas controladas que representan la guía para el alma, incluso la luz en su camino de vuelta al mundo de los muertos. Se colocan cuatro cirios para representar una cruz y los cuatro puntos cardinales.

Representación Del Agua
El agua tiene múltiples significados, el principal, se utiliza para calmar la sed del espíritu. Se colocan diferentes objetos que representan el agua como un vaso lleno de ésta, el cual el difunto utilizará para aliviar su sed. Además se colocan diferentes objetos de tocador y aseo personal para el difunto.
Los mayas tenían la creencia de que los cenotes, que ellos consideraban sagrados, eran una puerta al inframundo. En muchas representaciones de altares suele colocarse una vajilla con agua, simbolizando un cenote y la entrada al inframundo.

Representación De La Tierra

En la representación de la tierra se debe incluir diversas semillas, frutos, especias y otras bondades de la naturaleza. Se utilizan diferentes semillas como el maíz y el cacao para formar patrones en el suelo. En la actualidad se utiliza aserrín pintado de diferentes colores. En una idea moderna, la representación de la tierra se relaciona con el principio de la ideología cristiana "Polvo eres, y en polvo te convertirás" (Génesis 3,19).

¿Qué elementos debe tener la ofrenda de Día de los Muertos?

Conformar una ofrenda varía dependiendo del estado del país, de cada hogar y de cada familia. No existe una forma “oficial" de hacerla.
Esta es una lista que incluye elementos tradicionales, elije los que tengan más significado para ti.

Veladoras o cirios
Se utilizan como símbolo del elemento fuego y por su asociación religiosa. Es común incluir una para cada difunto recordado más otra para un alma "olvidada." A veces las veladoras son colocadas en forma de cruz.

Imágenes de los difuntos
Pueden ser fotos sueltas o enmarcadas o inclusive retratos dibujados o pintados

Flores
La flor de cempasúchil, de color intenso anaranjado, es la más común en un altar de Muertos. Tanto su belleza como su olor atraen a las almas de los difuntos hacia la ofrenda. Muchas veces las flores se colocan en forma de cruz o formando un "sendero" a seguir por las ánimas. También se ocupan -aunque en menor medida- otras flores de color morado y blanco.

El agua
La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.

Sal
Se coloca en un recipiente sobre el altar como símbolo de purificación.

Copal
El olor atrae a las almas de los difuntos hacia la ofrenda y también, por su asociación con la religión, es un fuerte símbolo de oración y purificación. De no poder conseguir el copal se puede emplear el incienso para este propósito.

Papel picado
Papel de china al cual se le hacen varios cortes para formar figuras como las calaveras de José Guadalupe Posada, o con palabras referentes a la ocasión. Normalmente se pegan varios pliegos arriba de la ofrenda o en forma de mantel.

Calaveras
Suelen emplearse calaveras de diversos tamaños,  de chocolate, azúcar o amaranto. Sirven de recuerdo del destino final de cada ser humano y, a la vez, de la aceptación de la muerte como inevitable y no del todo temible, pues es dulce. Las calaveras frecuentemente se regalan entre amigos y comúnmente llevan en el frente el nombre del que la recibe.

Pan de muerto
Presente en esta época del año puede ser dulce o salado.

Comida y bebida
Las ánimas que visitan el altar han viajado desde muy lejos y necesitan recobrar fuerzas con una buena comida.
En la ofrenda se acostumbra incluir platillos tradicionales mexicanos, frutas de la estación o dulce de calabaza. También se pueden colocar las comidas y las bebidas que más les gustaron en vida a los ahora difuntos.

Artículos religiosos
Se pueden colocar algunos elementos católicos: cruces, crucifijos, rosarios e imágenes de santos.

Objetos varios
La ofrenda se arma para atraer y agasajar a los difuntos de la familia y es de suponerse que en donde quiera que estén siguen necesitando y disfrutando de las mismas cosas que cuando estuvieron vivos. Por lo mismo, se puede colocar sobre el altar cualquier objeto del gusto del difunto: juguetes (en el caso de los niños), objetos de aseo personal y artículos que empleaba en su trabajo son algunos ejemplos.


La Catrina


En el siglo XIX y principios del XX, durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, los dibujos de cráneos y esqueletos acompañados de textos que criticaban de forma burlona la situación del país, así como a las clases privilegiadas, se volvieron populares entre la población y se empezaron a reproducir en periódicos llamados de combate.

Entre los grabadores que destacaron en su trabajo de calaveras se encontraban Constantino Escalante, Santiago Hernández, Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, quien en sus obras acentuó el carácter festivo y desenfadado del pueblo mexicano.
Este último artista nació el 2 de febrero de 1852 en Aguascalientes. Su primer contacto con el grabado y la litografía lo hizo en el taller Trinidad Pedroso.
La reproducción de sus imágenes en el periódico El Jicote lo llevó a salir de su estado natal para ir a la Ciudad de México, donde colaboró en medios como La Patria Ilustrada, El Padre Cobos y El Ahuizote, entre otros.

A través de sus calaveras, Posada retrató la esencia de los pesares y alegrías del pueblo, que vivía grandes diferencias sociales durante el Porfiriato, actualmente estos grabados son relacionados con el Día de Muertos.
Calaveras fumando, bebiendo, en fiestas, ricas o pobres, todas retrataban los errores políticos y la sociedad, así nació La Catrina, personaje que fue bautizado originalmente como La Calavera Garbancera.

Su primer nombre surgió cuando Guadalupe Posada realizó un grabado en metal para criticar a quienes eran conocidos precisamente como garbanceros, es decir, personas que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, renegando así de sus raíces y de su cultura.

La calavera de Posada no tenía ropa, sólo un sombrero, así, el autor criticó a aquellos que querían aparentar un estilo de vida que no les correspondía.
La obra de este ilustrador influyó en artistas como Diego Rivera, quien le dio a La Catrina el nombre y la forma con que hoy se le conoce, pues fue el primero en pintarla vestida dentro de su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, arropada como una dama elegante, con un estilo clásico de la aristocracia de fines del siglo XIX y principios del XX.


José Guadalupe Posada apuntó en alguna ocasión que "la muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera"

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